ENTREVISTA A MARCELO CHORNY
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24/03/2022

Marcelo Chorny posee a sus 54 años una carrera muy larga ligada al mundo del rugby. Primero como jugador en su Argentina natal y posteriormente como entrenador, con una primera etapa en Burgos saldada con un ascenso a División de Honor logrado con el Aparejadores. Posteriormente fichó por el Real Oviedo Rugby donde estuvo una campaña y ahora lleva ya 4 años en el Gijón Rugby Club al mando este año del conjunto femenino que disputa la Liga AON Asisa. Además, compatibiliza su trabajo con el club gijonés con su posición de seleccionador absoluto femenino con la Federación de Rugby del Principado de Asturias. No se queda ahí su estrecha relación con el rugby, ya que Marcelo también actúa como árbitro.

 

¿Qué valoración haces de la actuación de la Selección Asturiana Absoluta en el Campeonato de España B, tanto en la fase de Bilbao como en la de Madrid?

 

Bueno, teníamos expectativas más grandes porque se contaba con un grupo de buenas jugadoras con las que se venía trabajo durante los 2-3 últimos años. Al cambiar la competición y disputarse los partidos con tiempos de 20 minutos, el primer partido contra Cantabria nos cogió fríos y lo perdimos cuando era un encuentro muy ganable. Después ganamos abultadamente a Aragón, que llegó a la final, y quedamos sin opciones. En la segunda serie en Madrid, fuimos con muchas chicas juveniles y fue un papel bastante aceptable, ya que muchas de ellas debutaban en una competición de esa índole. Le ganamos a Cantabria y estuvimos cerca de vencer a Murcia. El balance final es positivo. Nos hubiera gustado conseguir más cosas, pero es lo que hay.

 

Al menos pudisteis sacaros la espina de la primera derrota ante Cantabria.

 

Sí, pero ya era tarde, porque el partido que importaba de veras era el primero. Este año teníamos posibilidades de ascender, pero no pudo ser.

 

¿Qué nivel pudiste apreciar en este campeonato?

 

Había diferencias muy marcadas entre los equipos de primera y segunda categoría. La competencia de ciertas comunidades autónomas, como puede ser Asturias, es bastante pobre, y eso hace que estemos un paso por detrás bastante grande de equipos como Valencia, Madrid, Cataluña, Andalucía, País Vasco, Galicia o Castilla y León.

 

Me comentabas que se incorporaron muchas chicas jóvenes para la segunda fase. ¿Eso quiere decir que lo que viene por detrás da motivos para la esperanza?

 

Sí, hay mucho futuro. La pandemia frenó un poco el crecimiento, pero en los clubes se ve una gran cantidad de chicas jugando, Berta García está haciendo un trabajo de captación muy bueno y también con los seleccionados juveniles femeninos. El otro día había más de 30 chicas de entre 16 y 18 años. En el rugby no hay secretos en cuanto al trabajo. Se trata de trabajar mucho, enseñando las cosas básicas y el espíritu deportivo que es fundamental.

 

Hablabas ahora de los efectos de la pandemia. Imagino que fueron muy notables sobre todo en cuanto a los jugadores y jugadoras más jóvenes.

 

Sí, llamó la atención la gran cantidad de chicos y chicas que lo dejaron y al no tener los clubes una gran base detrás, se notó más y les está costando mucho a los clubes volver a rearmarse, pero el rugby nos enseña a sacar fuerzas de donde no haya ante las adversidades y a seguir trabajando. Mientras se siga por el camino del trabajo y el sacrificio, a la larga los resultados llegan. No conozco ninguna otra fórmula.

 

En la conversación Marcelo vuelve al tema de la selección absoluta femenina.

 

Tuve la suerte de entrenar equipos con grandes jugadores, pero si no hay un equipo, no hay un grupo humano, no hay compañerismo, es muy difícil llegar a los objetivos. Creo que este año a la selección, sobre todo en el primer fin de semana, le faltó un poco de eso.

 

Nuestro protagonista se emociona al hablar del deporte que ama.

 

El rugby es un deporte en el que los principios son muy importantes. Cuando entras en la cancha y miras a un costado hay una H grande que es la de la humildad y en el otro lado hay otra H que es la de la honestidad. Quien no tiene eso no es un rugbier. Hay muchos que practican rugby, pero no son rugbiers. Quien no mantenga los principios y valores de este deporte, no es un rugbier.

 

Posees dentro de tu extenso currículum una gran parte como formador de jugadores.

 

Yo estudié Educación Física y eso me dio una gran base pedagógica sobre la transmisión de conceptos y el manejo de grupo. Son cosas que los cursos no te enseñan. Después hay otras cosas que van desde la cuña como el carisma, y al que no lo tiene no se lo da la universidad. Hoy en día la conducción moderna cambió mucho a cuando yo jugaba hace muchos años. Los chicos aprietan un botón y cambian de deporte, de sexo, de gustos, de estudios… por lo que si no logras seducir con tus actos, es muy difícil que los jugadores te presten atención. Hay que hacer hincapié en eso. Está muy bien enseñar la técnica, pero hay que ir más allá. Lo más importante es el factor humano.

 

¿Qué grado de importancia tiene en tu opinión el hecho de lograr victorias en la fase formativa de un jugador?

 

Los chicos ya son competitivos de por sí y está muy bien que quieran ganar partidos, pero los entrenadores tenemos que formar y dotarlos de herramientas lo más completas posibles para cuando lleguen a las categorías superiores y sean jugadores más completos.

 

¿Cómo va la temporada con el Gijón RC?

 

Es un año difícil con muchas bajas. Hemos pasado de ser un grupo numeroso a que nos cueste juntar 15 jugadoras para los partidos. Pero cuando logramos estar todas, somos un equipo muy difícil de vencer.

 

¿Qué salud tiene actualmente el rugby asturiano?

 

Hay mucho por hacer. Tenemos buena materia prima, pero hay que trabajar aún mucho. Es muy importante que los clubs aprendan que la competencia es el día del partido y dentro del rectángulo de juego, pero que cuando se terminar el partido es importante establecer alianzas para poder crecer todos juntos. Si cada uno solo mira por sí mismo, no va a crecer. Necesitamos tener buenas competiciones para que los chicos se desarrollen mejor. Necesitamos que el rugby en general sea el mismo para todos. Lo más importante es el factor humano y es un deporte que pueden jugar todas las personas, hay un puesto para cualquiera de ellas sea alta o baja, rápida o lenta. Cualquier padre que lleve a su hijo a jugar al rugby, va a ver que es un deporte que te prepara para la vida y te forma como persona. Es un anexo grande a la educación que viene de la casa, pero te marca muy bien los valores que la sociedad requiere.

 

El rugby se ha abierto en las últimas décadas, de forma que también se puede jugar seven o playa. Eso refuerza tu teoría de que hay rugby para todos.

 

Ahora se puede jugar rugby todo el año: seven, playa, o el de 15 en los clubes, y esto hay que aprovecharlo para hacer este deporte más visible, porque si por ejemplo se organiza un torneo en la playa, lo ve mucha gente que no conoce el deporte. El rugby no es como el fútbol o el basket, que los niños van solos a practicar estos deportes. En el rugby hay que ir a buscar a los niños a los colegios y hacer campañas de captación. El rugby es un excelente medio para formarse y divertirse.

 

¿Qué falta para que los medios de comunicación hablen más de rugby?

 

Muchísimo. Primero que los propios clubs inviertan en prensa, que entiendan la importancia del marketing y de la comunicación. Más hoy en día hay que inundar las redes sociales y hacer convenios con los periódicos para que publiquen contenidos. Tratar de que la televisión también saque algo. Cuanta más visibilidad se le dé al rugby, más atractivo será el deporte.